Porque los pulpos son considerados inteligentes

Los pulpos son animales solitarios con una gran capacidad depredadora. 

Descubre todo lo que no sabías sobre la inteligencia de los pulpos.

Los pulpos son grandes nadadores y pasan fácilmente desapercibidos porque saben camuflarse muy bien. Esto, junto con su gran capacidad depredadora, evita que tengan que vivir en comunidad para protegerse como hacen la mayoría de los invertebrados marinos.

Pertenecen al grupo de los cefalópodos -que también incluye a los calamares y pota- y pueden utilizar herramientas y retener información a corto y largo plazo. También son capaces de cambiar su apariencia para informar a los demás de su estado emocional y sus intenciones.

Los calamares, por su parte, utilizan esta capacidad para asustar a sus depredadores. Lo hacen creando grandes manchas oscuras en su cuerpo que parecen los ojos de una criatura mucho más grande de lo que realmente son.

Todo esto se sabe porque en los últimos años la ciencia se ha centrado en el estudio de la inteligencia de los pulpos, que se cree que está estrechamente relacionada con el tamaño de su cerebro. De hecho, los expertos afirman que la inteligencia de estos cefalópodos guarda cierto parecido con la de los humanos, que también tienen un cerebro relativamente grande en comparación con su tamaño corporal.

Sin embargo, un nuevo estudio publicado este mes de diciembre en la revista Trends in Ecology and Evolution demuestra que la inteligencia de los pulpos no ha evolucionado como la de la especie humana, ni como la de los monos, los elefantes o los cuervos, a los que también se les atribuyen grandes capacidades cognitivas.

Según el trabajo, elaborado por expertos en inteligencia animal de la Universidad de Cambridge, los cefalópodos desarrollaron cerebros complejos y una gran flexibilidad de comportamiento durante una vida muy corta y viviendo en entornos sociales muy simples.

En cambio, los vertebrados, considerados más inteligentes, son especies mucho más longevas cuya inteligencia evolucionó gracias a los retos socioambientales a los que se enfrentaron.

En concreto, los autores del estudio sugieren que, en el caso de los pulpos, fue la pérdida de su caparazón exterior ancestral lo que aumentó en gran medida la presión de la depredación sobre ellos. En consecuencia, tuvieron que mejorar su inteligencia para superar esta dificultad.

Eso es la inteligencia: la capacidad de encontrar soluciones a problemas inesperados. Por lo tanto, es importante ser flexible y no reaccionar siempre de la misma manera ante las amenazas, porque es la capacidad de inventar nuevos comportamientos lo que permite a las distintas especies superar situaciones adversas.

Todo esto está estrechamente relacionado con lo que se llama "inteligencia ecológica", que es útil, por ejemplo, cuando los animales no pueden predecir si tendrán o no comida en el futuro, porque les permite anticiparse a los acontecimientos. Pero también existe otro tipo de inteligencia, la "inteligencia social", que poseen quienes cooperan y aprenden de otros miembros de la misma especie.

Gracias a este descubrimiento, los expertos comprenden ahora un poco mejor cómo ha evolucionado la inteligencia de estos invertebrados a lo largo del tiempo. Sin embargo, es necesario investigar más para descifrar por qué los pulpos viven tan pocos años a pesar de su gran inteligencia, entre otras muchas cuestiones.