Porque las mujeres chinas tienen la piel perfecta
Una genética suave, una protección solar exhaustiva, una rutina diaria de limpieza y cuidado y una dieta rica en antioxidantes son los secretos de su rostro de "geisha".
Las mujeres asiáticas tienen un rostro de porcelana. Una piel blanca, impecable y sin arrugas, como la de una geisha. La falta de arrugas oculta su edad. Sus agradecidos genes influyen en su cutis perfecto, pero su rutina es la clave para mantener un cutis envidiable. Prefieren un aspecto pálido y juvenil. Además de una protección solar completa, deben salir siempre con "barreras físicas, las mejores", como viseras y sombrillas que actúan como protectores solares, dice Magdalena de Troya, dermatóloga y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
"El envejecimiento es hereditario, pero el 80% depende de la exposición a la radiación ultravioleta, especialmente la A y la infrarroja", explica el médico. Estos rayos, continúa, "generan radicales libres que aceleran el fotoenvejecimiento y provocan manchas en la piel". La epidermis pierde colágeno y firmeza, la piel se vuelve rígida y aparecen arrugas profundas. Una mujer japonesa nunca se ríe a carcajadas (casi nunca sonríe) ni llora en público. Son reacios a mostrar sus emociones, y la falta de gestos impide que se formen líneas expresivas. También deben su piel aniñada al hecho de que viven en una isla, lo que les mantiene la cara húmeda.
Debido a su clima, suelen tener la piel mixta o grasa, lo que es perfecto para las patas de gallo prematuras, al igual que sus hábitos de limpieza y cuidado de la piel. Según un estudio de la empresa japonesa de cosmética Shiseido, las mujeres japonesas cuidan su piel desde muy jóvenes. El 84,5% de las mujeres de entre 15 y 19 años encuestadas dedican hasta 30 minutos al cuidado del rostro por la noche, lo que equivale casi a la proporción de mayores de 60 años que utilizan esta rutina.
El porcentaje de mujeres de entre 40 y 50 años es el más alto, con un 91,4%, y su dieta regular también ayuda a mantener el aspecto de geisha. Las marcas de cosméticos conocen este secreto y añaden estos beneficios a sus productos de cuidado facial para conseguir un cutis impecable, como confirma la empresa japonesa Kosé. Como confirma la nutricionista Ylenia López Llata, en la dieta japonesa hay muchos productos con propiedades antioxidantes. Las mujeres japonesas deben su delicada complexión principalmente al consumo de un arroz llamado gohan (no el típico arroz blanco).
"Es rico en vitamina B, inositol y ácido linoleico y ayuda a retrasar el envejecimiento cutáneo, nutrir, hidratar y regenerar la piel, ya que los antioxidantes favorecen la producción de colágeno y protegen la piel de los agresores externos", dice la experta.La soja es otro aliado en la lucha contra los estragos del tiempo, ya que nutre la piel y favorece la regeneración celular. La soja es otro fuerte aliado en la lucha contra los estragos del tiempo, ya que nutre la piel, favorece la regeneración celular y, cuando se consume con frecuencia -sobre todo en forma fermentada, por ejemplo en la sopa de miso-, sustituye a las hormonas femeninas a partir de cierta edad.
Las algas también favorecen un aspecto juvenil "por su alto contenido en vitamina C y betacarotenos", y su dieta es rica en pescado, sobre todo en pescado azul, que es "una buena fuente de ácidos grasos omega-3 y de proteínas que contribuyen a la formación de colágeno, lo que da mejor tono a la piel y evita la flacidez y las arrugas", explica López Llata. Además de estos alimentos, las bebidas también son buenas para la belleza. Las mujeres japonesas suelen tomar "unas cinco tazas de té verde al día, un ingrediente asociado a la longevidad y a la prevención de las arrugas", dice el especialista.