Sabes por qué se consideran combustibles fósiles
Los hidrocarburos (petróleo y gas) y el carbón se llaman combustibles fósiles. Estos recursos se forman a partir de material orgánico de plantas, microorganismos, bacterias y algas, que a través de la fotosíntesis transforman la energía electromagnética del Sol en energía química. Esta materia orgánica, que se acumuló hace cientos de millones de años en el fondo de los lagos o mares con muy poco oxígeno, fue luego cubierta por sucesivas capas de sedimento. De esta manera, la corteza terrestre funcionó como una gran "cocina geológica".
La humanidad ha sabido de los combustibles fósiles durante miles de años. Pero fue sólo con la invención de la máquina de vapor y el desarrollo de la revolución industrial que el carbón comenzó a ser utilizado en grandes cantidades. Más tarde, con la invención del automóvil y el motor de combustión interna, el petróleo se convirtió en la principal fuente de energía para el transporte terrestre y marítimo, y al mismo tiempo permitió el desarrollo de la aviación. Hoy en día, con el gas natural, el petróleo se ha convertido en la principal fuente de energía para las sociedades y todavía no se han encontrado fuentes alternativas que lo sustituyan, aunque con el tiempo se agotará como fuente de energía no renovable.
Petróleo
El petróleo crudo tiene una alta densidad energética, es decir, la cantidad de energía contenida en un litro, y es fácil de transportar y almacenar. Además de su uso como combustible, es una materia prima esencial para la industria petroquímica, que produce plásticos, cosméticos, textiles sintéticos, pinturas, neumáticos, medicinas, fertilizantes, pesticidas y muchos otros artículos de uso diario.
El gas natural
El llamado gas natural es un hidrocarburo compuesto principalmente por metano, cuyo origen está vinculado al petróleo y que tiene muchas propiedades energéticas comunes, aunque es más difícil de almacenar y transportar. Su uso se expandió en Argentina después del descubrimiento del mega campo de Loma la Lata en Neuquén en la década de 1970. Hoy en día, más de la mitad de la energía consumida en nuestro país proviene del gas (54%); es el combustible más utilizado en los hogares, la industria y el sector energético.
Carbón
El carbón es una roca sedimentaria formada a partir de carbón mezclado con otras sustancias. Hoy en día, se utiliza en todo el mundo principalmente para la generación de electricidad y como fuente de energía en algunas industrias. La Argentina no produce cantidades significativas y consume muy poco, porque el carbón del yacimiento de Río Turbio (99% de los recursos) tiene una baja densidad energética. Esto ha afectado la elección de Argentina del gas como su principal fuente de energía, con el beneficio ambiental de su uso en comparación con el carbón.
Producción de hidrocarburos en Argentina
Nuestro país produce anualmente unos 32 millones de metros cúbicos de petróleo y 40.000 millones de metros cúbicos de gas, que se transportan a través de una red de tuberías y sistemas de transporte a las refinerías y plantas de procesamiento de gas en diferentes partes del país. Son responsables de producir derivados, que luego se venden para su comercialización.
Hidrocarburos no convencionales
La disminución natural de la producción de los yacimientos maduros y el aumento del consumo mundial han obligado a ampliar las fronteras de los hidrocarburos en busca de nuevos recursos para garantizar el suministro.
La Vaca Muerta2 Los llamados recursos no convencionales, como el petróleo y el gas, se explotan actualmente en formaciones de baja permeabilidad y porosidad, cuyo desarrollo requiere tecnologías específicas y costos más elevados. Estos nuevos recursos, conocidos como gas de esquisto y petróleo de esquisto, ya están siendo explotados en nuestro país. La Argentina posee grandes cantidades de hidrocarburos no convencionales, que le permiten asegurar su autosuficiencia de manera sostenible.
La industria del petróleo y el gas
La producción de petróleo y gas requiere varias etapas, que están interconectadas pero tienen diferentes procedimientos y equipos. Estas etapas se dividen esencialmente en dos grandes categorías, denominadas aguas arriba (exploración y producción) y aguas abajo (transporte de materias primas, refinado de petróleo y procesamiento de gas, distribución y comercialización de productos).
El proceso de extracción comienza con la exploración, es decir, la búsqueda de nuevos depósitos. Luego, el petróleo crudo y el gas natural se extraen y se transportan a través de una red de oleoductos y sistemas de transporte a las refinerías y plantas de procesamiento. Por último, el gas natural y los productos producidos en las refinerías se distribuyen a los usuarios mediante diversos sistemas de comercialización, como las estaciones de servicio y las gasolineras y los proveedores privados de gas.
Refinerías
Las refinerías son plantas industriales que convierten el petróleo crudo en subproductos básicos como el queroseno, el queroseno, el combustible para aviones, el gasóleo, el fuel, los lubricantes, el asfalto, el GLP y los productos petroquímicos intermedios.
Las centrales termoeléctricas
Las centrales térmicas convencionales funcionan mediante la combustión de ciertos combustibles fósiles como el fuel, el gas natural o el carbón. La combustión produce el calor necesario para convertir el agua en vapor; el vapor mueve las turbinas o los generadores de turbina que están acoplados a los generadores de electricidad. Este tipo de central eléctrica se instaló en todo el mundo a finales del siglo XIX. En Argentina, la planta de carbón más antigua se instaló en 1916. Hoy en día hay once grandes centrales eléctricas que producen más de 500 MW, catorce que producen entre 100 y 500 MW y más de veinticinco que producen menos de 100 MW.
Centrales de ciclo combinado
Las plantas de ciclo combinado son plantas en las que la energía térmica contenida en el combustible se convierte en electricidad mediante el uso combinado de una turbina de gas, una caldera de calor residual y una turbina de vapor. Esto aumenta significativamente la capacidad de las centrales eléctricas convencionales para generar electricidad, que puede ser aumentada del 35% al 50%.