Porque no sentimos que la tierra se mueve
Como sabemos, nuestro planeta gira completamente sobre su eje una vez al día. Por lo tanto, es fácil calcular la velocidad lineal de la Tierra en el ecuador (1666 km/h) y en lugares como Madrid, que se encuentra a una latitud de unos 40° (1275 km/h), si se conoce el radio de la Tierra.
Nos movemos a esta gran velocidad, junto con todo lo que nos rodea, y no somos conscientes de ello. ¿Pueden sus alumnos explicar esto?
Cuando viajamos en coche o en tren, sólo tenemos la mínima sensación de que nos estamos moviendo. Cuando un pasajero lanza una pelota, ésta describe la misma trayectoria parabólica que si la hubiera lanzado desde una posición de pie sobre la plataforma.
En todos los medios de transporte, sólo percibimos los efectos de una aceleración o desaceleración repentina. Podríamos considerar nuestro planeta como un medio de transporte más a través del universo, por lo que no notaríamos su rotación. Lo que notaríamos es la "desaceleración" cuando deja de girar bruscamente. Si nuestro planeta dejara de girar, seríamos un 0,5% más pesados en el ecuador.
Este movimiento ni siquiera se nota cuando se viaja en avión. Se supone que un viaje de Barcelona a Nueva York es más corto que el mismo viaje de vuelta porque la tierra gira. Pero tanto si se mueve hacia el este como hacia el oeste, la Tierra arrastra toda la atmósfera con ella, y los aviones no abandonan la atmósfera cuando vuelan.
Nuestro planeta gira junto con la atmósfera que lo rodea. El aire no va a la zaga de la rotación de la Tierra, de lo contrario habría un viento constante. La verdadera razón por la que un viaje de Barcelona a Nueva York es más corto que el de vuelta es un fenómeno atmosférico conocido como la corriente en chorro, un rápido flujo de aire que tiene lugar a unos diez mil metros de altura.
Para entender la rotación de la Tierra, hay que ir un poco más arriba, a 200 km. Ese es el punto en el que la atmósfera deja de existir y comienza el espacio.